Todos juntos
Un espacio propuesto por EQUIPO ECUMÉNICO SABIÑÁNIGO

sábado, 26 de marzo de 2016

CARTA DE PASCUA 2016

CREER EN EL RESUCITADO

Queridos amigos:

Después del camino recorrido en estas semanas que preceden a la gran fiesta de la Pascua, os envío unas letras para que juntos nos preparemos a vivir la fe en el Resucitado.
La fe no es un principio abstracto, no es algo teórico ni que exista en sí misma. La fe existe donde el hombre se arriesga a aceptar la verdad del anuncio del Reino de Dios. Se trata de una experiencia viva y, en cuanto tal, la vamos viviendo como un itinerario, desde la adhesión personal al Resucitado, hasta el compromiso con un mundo mejor, más fraterno y más bello.
Algunas de las dificultades que tenemos para vivir la fe, no provienen sólo de la influencia de un ambiente materializado ni incluso de la indiferencia de la sociedad, sino de un desconocimiento de nuestro propio yo, de la falta de espíritu ascético, o quizás de instalarnos habitualmente en la superficialidad, esa actitud que hace de la apariencia lo real y que no es capaz de adentrarse en las profundidades de nuestro ser. Como dice San Agustín:” Dios es más íntimo a mí que yo mismo”.
Cuando vivimos desde la superficialidad no estamos preparados para acoger el don gratuito de la gracia y nos dejamos modificar por muchas cosas que modelan nuestra conducta y nuestra vida. En esta actitud nos resulta arduo salirnos de la órbita de lo simplemente “aparente” para introducirnos en la órbita del “misterio”.
Hoy resulta difícil introducirnos en el misterio. El activismo, el abuso de estímulos que desarrollan lo sensitivo en detrimento de la creatividad y la falta de silencio y recogimiento, son algunas actitudes y conductas actuales que frenan o retardan la entrada en esa profundidad donde Dios se descubre desde la vida.
En este Año Jubilar de la Misericordia, en que invocamos la bondad del Padre, para que su Reino llegue a este mundo; le pedimos en este tiempo de la Pascua la oportunidad de afianzar nuestras vivencias de liberación, justicia y amor entre todos los hombres.
Abramos la puerta de nuestra vida para que la fe se haga testimonio en nuestro camino cotidiano.
Esta experiencia de fe nos ha de impulsar a la entrega a los demás, comenzando por aquellos que tenemos más próximos.
La Pascua es una realidad de fiesta y de alegría porque anuncia y expresa la victoria de la vida. Creer en el Resucitado nos lleva a vivir toda nuestra vida desde sus actitudes. Creer en Él nos ayuda a vivir el perdón, la fragilidad y la confianza, desde la transformación del presente y la esperanza del futuro. Nuestra fe en Él nos lleva a la certeza de que la Vida tiene la última palabra.
Feliz Pascua, os desea
Fernando Jordán Pemán
Parroquia Inmaculado Corazón de María

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